Queridos seguidores y visitantes, perdón por el retraso en subir la siguiente entrada pero estoy literalmente "buceando" entre las miles de fotos, escaneando y organizando para dar lo mejor de mi.
Mientras os dejo un precioso tema como regalo por vuestra paciencia.... Hasta Pronto.
Si hay un viaje en el que todos
los integrantes lo pasamos bien desde el minuto uno hasta el final fue este viaje. Se trataba de una convención de
agentes de viajes invitados a conocer la zona que quería empezar a promover
turísticamente, Holguín, cercana a Santiago de Cuba, en el norte de
la isla.
Cuba no es indiferente a nadie,
principalmente por la vinculación tan grande que existe con nuestro país, pero
también por todo sus hechos históricos que en algún momento han estado
relacionados con la “madre patria”. Realmente esta entrada puede estar descrita
en imágenes sin que tenga que relatar mucho ya que la realidad en la que viven
los cubanos es absolutamente opuesta a lo que nos muestran a los turistas. Están vetados a ciertos caprichos a los que podrían acceder, supongo
que no quieren sembrar el deseo del “capitalismo” en sus mentes. Aunque cada
día el país va cambiando un poquito y dando un pequeño paso hacia adelante. Últimamente
debido a la supresión de empleos públicos hay cierta apertura de la economía a
la iniciativa privada autónomas de las empresas estatales.
Pero no es mi intención hacer un
análisis económico, sino mostrar los que vimos. Por eso nada mejor que subir
las fotos y que juzgue quién las vea.
La llegada fue por Santiago de
Cuba, dónde ya empezamos a encontrar los carteles reivindicativos que encontraríamos en todos nuestros trayectos y que más adelante se verán.
He de decir que el hotel donde estábamos
hospedados era fantástico, no faltaba ningún lujo, dentro había todo tipo de
cocina internacional, incluido un restaurante japonés. Los momentos en que allí
estábamos era de Daikiri en Daikiri con algunas anécdotas muy graciosas como la
que sucedió con nuestro guía.
Simpatizamos mucho con él y un día insistimos en
invitarle a tomar algo dentro del hotel, aunque ellos tienen prohibidísimo entrar
y alternar con los turistas conseguimos que el responsable mirara hacia otro
lado.
Cuando aquel pobre hombre se encontró delante de una barra de bar dónde
podía pedir lo que quisiera, fue tanto lo que bebió que se nos quedó dormido en
un sillón de la recepción del hotel. En el momento que yo lo vi quise llevarlo
a otro lugar pues no era bueno para su imagen ni para el hotel, así que le pedí
a un compañero que lo llevara a otro lugar. Pero antes observé que sobre su
pantalón había algo “rosado” que me parecía un trocito de sandía, imagine que
también habría comido fruta y quizá al quedarse dormido con ella en la boca no la había masticado y se le salió.
Esta fue la conversación que mantuve con el compañero : " cuidado !
quitale el trocito de sandía del pantalón ."
De repente se empezaron a reír y no paraban de reír.. "¿ qué es? " , Pregunté yo y al acercarme a ver mejor, ( la
presbicia ya estaba haciendo su aparición), resultó ser una prótesis dental.
Supongo que al
pobre se le soltó de la boca y la parte del paladar rosadita es lo que me confundió. Allí la carne de la sandía es más rosada que la nuestra.
Les pedí que quedara en secreto entre nosotros y que nunca le dijeran que yo
lo había visto. Pero las risas que nos hacíamos cada vez que recordamos aquel “particular
trocito de sandia” !!.
Pues vámonos a entrar a esta particular Monumento nacional, en Bariay, dónde recrean la primera llegada de Colón a la isla. Realmente debío impresionarse pues la belleza del paraje es impresionante.
El expectaculo llevaba incluida una representación con Colon e indígenas
Los Bohíos ( típica construcción dónde
viven los campesinos) que nos muestran.
Pero así son en las que viven los campesinos y agricultores de allí.
A mi me encanta charlar con la gente que encuentras, a pesar de que ellos tenía cierto temor al hacerlo supongo que llevados por la prudencia.Estos señores, por ejemplo, les costó contarme que son recolectaban una especie de alga ya que la fibra al secarse es buena para hacer cuerdas.
A la rica agua de coco !!, el calor y la humedad es grande por allí.:
La tierra en esta parte se ve fertil, con buenos pastos para el ganado de la zona, aunque son terneros y vacas que esta prohibido el consumo de su carne para el propio cubano.
Han pasado ocho años desde que fuimos y no tengo conocimiento que los proyectos de expansión hotelera en aquella zona hayan llegado a más. Así que su gente supongo que sigue sobreviviendo gracias a la agricultura y la ganadería.
Y después de ver las vacas, nada más refrescante que mostrar las costas de Guardalavaca:
Y estos coches son joyas que aquí siguen circulando por cualquier calle.
Vámonos a visitar Holguín mostrando como se desplazan los autóctonos, tracción animal o caminando :
Transporte colectivo
Taxis de Holguín :
En cuestión de segundos pasaron unos novios recién casados:
Y un entierro :
Nos vamos a visitar Santiago de Cuba y a la patrona de Cuba, la Virgen del Cobre.
En la carretera siguen las consignas. En vez de "bebe coca cola" aquí ponen esto :
En las calles de Santiago..... estamos en el centro.
Herencia de la época colonial:
Pero si algo lleva esta gente en sus genes el el “son” el ritmo y la música. Puedes encontrarte en cualquier casa una escuela de música:
ó en cualquier esquina un grupo tocando por el solo placer de hacerla para ellos, estos los encontramos en una calle alejada del centro, tan solo era una reunión de amigos que en vez de jugar dominó tocaban sus instrumentos.
La programación semanal en el cine de Santiago:
En Santiago yo quería buscar a un jesuita del cual desconocía su nombre, tan solo sabía que estaba en una misión en la ciudad y se dedicaba a llevar medicación a zonas rurales en la medida en que podía conseguirla.
Desde España me fui abastecida de medicinas básicas sobre todo pediatrícas y con mi cargamento preguntamos a taxistas de la ciudad si conocía de la existencia de este hombre hasta que dimos con uno que nos llevó hasta él.
Subió por unas calles en cuesta y si encontraba a algún conocido no dudaba en parar el coche y ponerse a charlar, nosotros calladito dentro del coche, esa es su idiosincrasia, pero le encontramos.
Nos presentamos, le expliqué que había sabido de él por el programa de Tv. Española y tuvimos un rato de tertulia dónde nos explicó el tipo de misión que estaba llevando a cabo. Resultó que este hombre era muy amigo del jesuita que a nosotros nos había casado en Madrid bastante años atrás. Al final resultó muy emotivo este encuentro.
Hermosa la vista que se divisaba desde la casa de la misión.
Pero también hubo momentos para disfrutar del mar e incluso hacer deportes náuticos:
En las calles de Holguín y Santiago de Cuba respiré resignación hacia su situación e indiferencia hacia el turista, no hay el acoso que más tarde encontramos en La Habana.
Así nos reciben en la Habana, estos son sus grafitironias:
Y de camino a nuestro hotel las calles estaban relativamente asfaltadas y llenas de farolas. Pertenece a la parte de la Cuba que enseñan.
Por cierto el hotel dónde se llevaría a cabo el alojamiento y actos institucionales del congreso era tan penoso que nada más entrar en la habitación con las mismas salimos con nuestras maletas y nos alojamos en el Melia que había justo al lado. Al día siguiente más de uno me dijo que tenía que habernos imitado ya que alguno se despertó al sentir caminar una tremenda cucaracha por su cara.
Ahora un paseo por las distintas calles de la vieja Habana, pasando por el imponente edificio del Hotel Nacional, emblema de la ciudad.
De repente Cristobal Colón nos estaba observando desde un hermoso patio.
El Hotel dónde se solía alojar Hemingway era el "Ambos Mundos", en esos momentos estaban en restauración pero entramos en otros que ya estaban rehabilitados, uno de los más bonitos me pareció este, el Florida en el mismo centro de la vieja Habana.
La Habana tiene un encanto que te atrae a pesar de su decadencia. El Malecón, punto de encuentro al atardecer.
Y entre las calles aparece también Frida vinculada a los ideales de la revolución.
En la Plaza de la Revolución, "hasta la victoria siempre"
Me impregné de la causa y me fuí a la Bodeguita del Medio
Oficina del Consumidor
Algunos de los comercios que nos encontramos por las calles, con sabor añejo como su ron.
Esta es una de las fotos que más entrañables me resulta, este edificio a pesar de su estado ruinoso estaba habitado ( se ve ropa tendida a la derecha), pero entre sus bajantes se había nutrido este árbol y lucia frondoso y verde tal como puede apreciarse.
Y los personajes que se mueven por el centro, todo el que ha ido tiene fotos con ellas, de eso viven. No me acuerdo de las cosas que me diría pero esta se hacia acompañar por su "miniyo".
Mis amigos pintores, Rolando e hijo, a quienes les lleve pinturas de oleo que tan difícil son de conseguir allí.
El medio de transporte más frecuente entre los habaneros es esta especie de "bus" denominado , " camello", a penas se pueden cerrar las puertas de la gente que lleva.
Me lo bailé todo, allí dónde me dejaban formaba parte del conjunto. Me sentía como en casa, supongo que el bisabuelo que tuve en la guerra de Cuba me trajo alguna gotita de sangre que llevo dentro.
A pesar de la fama internacional del Tropicana, el realmente espectacular y bonito show es en los bajos del Hotel Nacional, la sala Parisien. Unos cuerpos de baile, soneros y vedettes muy lujosos.
Cuba tiene algo que te enamora y quieres volver, yo quiero "volver a pisar sus calles nuevamente"
Termino con una puesta de sol y mis deseos de un nuevo amanecer para todos los Cubanos.
