jueves, 30 de mayo de 2013

Dia de Canarias

Hoy, 30 de Mayo, se conmemora el Día de Canarias, ese motivo me llevó a hacer este vídeo con algunas de las fotos que he ido haciendo durante estos últimos veinticuatro años en estas siete ( ocho con La Graciosa ),  islas maravillosas.

Es mi manera de darle las gracias a esta tierra y a su gente por su generosidad.


@Pepa RJ

miércoles, 8 de mayo de 2013

Sudáfrica, mezcla sin divisones ( 3ªParte y despedida)

Según la programación hoy es el día que viajaremos hasta el Cabo de Buena Esperanza. Es 28 de abril. Sinceramente tenía muchas ganas de que llegara este momento, es la zona más al sur que habré ido, hasta el momento. A eso le uno mi fascinación por las historias y leyendas  que hay entorno a esa situación geográfica.Pero para  llegar al Cabo hay que recorrer un poco su península y hacer otras paradas dignas de mención.
Recorremos por carretera a través de la playa de Camps Bay,casas alucinantes con vistas espectaculares, la mayoría pertenecientes a la comunidad judía. Es más, hay un sector en la zona que si no perteneces a esa comunidad ni te alquilan ni te venden una vivienda.
La cadena montañosa que hay a las espaldas de esta hermosa playa se denominada " Los Doce Apóstoles". Aún era temprano y las nubes cubrían las cumbres de estos doce imponentes montículos. Parece que esta es una característica habitual del incipiente otoño ( recordemos que estamos en el meridiano sur y las estaciones del año son a la inversa del norte).
Escabada en la cara del acantilado en la costa atlántica, la carretera cuenta con magníficas panorámicas  de largas playas de arena blanca que llaman mucho la atención, aunque por allí también surcan tiburones, así que mejor no tentar a la suerte y seguir el recorrido hasta Hout Bay, importante centro pesquero que da nombre a la preciosa bahía desde donde salen barcos hacia el cabo de Duiker Island, para ver a las foquitas y los leones marinos.
Estamos bajo la mirada de un peñón llamado "El Centinela". Después de hacer la excursión que dura unos 40 minutos

Es increíble tenerlos tan cerca, nadando libremente y subiendo a tomar sol a sus rocas.


Regresamos al muelle donde nos reciben unos coloridos bailarines y nos abduce un nuevo mercadillo de artesanía. A nuestra nueva guía, una guapa cubana de nombre Susana, le cuesta reunirnos a todos para volver al bus, destino :

"False Bay" (Bahía Falsa), donde esta Boulders, la casa de los pinguinos africanos.
De camino  pasamos por el pintoresco Simon´s Town, cuyo origen es muy singular
Los barcos de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales sufrian grandes destrozos anclados en Table Bay de Ciudad del Cabo en la estación invernal, así que comenzaron a atracar aqui sus barcos durante esa estación y fundaron la ciudad dandole el nombre de Simon´s Town por Simon Van der Stel, el último comandante y primer gobernador de la Colonia del Cabo.
Hoy en día es la base de la armada sudafricana.
Aunque solo la vemos desde el autobus, el encanto de sus calles y casas coloniales son muy bonitas.
De repente oímos unos potentes sonidos de motor, cuando miramos por la ventana y nos adelanta un super Ferrari rojo y todos nos quedamos boquiabiertos, pero es que no fue ese solo, de repente nos pasa otro más, alucinamos....pero se oye un tercer motor. Tres Ferraris rojos !!! a toda velocidad por esa estrecha calle de Simon´s Town !!!..... La rapidez no nos dejó reaccionar y no pudimos sacarle fotos.
En esta zona por el tipo de casa que hay y los coches que se conducen, hay mucho dinero !!.
Llegamos a la entrada de Boulders(bloques de piedra). La mayor parte del parque es de libre acceso y sólo hay tres puntos en los que se pagan las tasas de conservación : Boulders ( Pingüinos) Silvermine (en Table Mountain) y  el Cabo de Buena Esperanza.
Para que el ser humano no irrumpa de forma salvaje en el habitat de este animal, tienen camuflado entre la vegetación que crece al borde del mar, un paseo de madera que nos lleva hasta el lugar dónde los pingüinos viven y anidan.Unas enormes rocas de granito proporcionan una excelente protección ante los vientos. La colonia de más de 2.300 pingüinos africanos se saben observados, algunos da la sensación de  que posan ante nosotros, pero intentamos molestarles lo menos posible aunque están muy acostumbrados a la presencia humana.


Es la hora del almuerzo, tantas emociones y al borde del mar abre el apetito. Cerca a Boulders hay un pequeño centro con restaurantes cuya especialidad, no podía ser otra...,  pescado y  marísco. El menú es delicioso, las vistas a Fish Hoek, lugar de celebración de regatas de la zona, es espectacular. El rico postre  de helado de vainilla con frutos rojos culminó una mañana perfecta.
Otra vez en el autobús para en apenas 20 minutos llegar al deseado Cape Good Hope ( Cabo de Buena Esperanza).
El Cabo de Buena Esperanza, (Cape of Good Hope), es el promontorio rocoso que marca el punto más al suroeste de la península del Cabo. Originalmente llamado cabo de las Tormentas por Bartolomé Díaz en 1488, fue el rey Juan de Portugal quien cambió su nombre como un buen augurio para la nueva ruta hacia la India.

Esta parte del parque está expuesta a vientos huracanados, por suerte la tarde que estamos allí aunque hace viento, no es fuerte. Hay un funicular que sube al antiguo faro, a 238 m. sobre el mar, aunque hay un camino que lleva a otro faro más moderno.
Al respecto de las leyendas que se originaron en este lado del mundo, esta la del barco "Flying Dutchman" más conocida como "El Holandes Herrante":
Fue en 1641 cuando el capitán holandés Hendrick van der Decken intentaba batir las turbulentas aguas de Cape Point en su regreso a casa. El maltrecho barco no pudo vencer la tormenta y empezó a hundirse, pero Van der Decken se propuso pasar El Cabo, aunque le llevara hasta el día del Juicio Final. Desde entonces se ha visto muchas veces el barco  fantasma, con sus mástiles partidos y sus velas rasgadas surcando  las aguas cuando hay mal tiempo. La más notable de las apariciones consta en el diario de a bordo de cierto guardia marina en 1881, quien sería coronado Jorge V de Inglaterra en 1910.
De regreso al hotel el cansancio hizo que el camino nos durmiéramos casi todos, pero al llegar a Ciudad del Cabo estabamos repuestos y nos quedaba tiempo para visitar el Waterfront, la parte dónde la ciudad le da la cara al mar.

Es un precioso entorno lleno de nuevas construcciones dedicadas a distintos tipos de comercio: ropa pintada a mano, productos marineros, regalos...y más de 80 restaurantes de todas las especialidades y zona para niños.
También hay una noria que simula ser la miniatura de la "London Eyes".
A pesar de mi vértigo, me sentí segura y subí. Preciosa la vista desde las alturas. Todo el mundo que ha estado en San Francisco dice que este paseo es muy similar al de allí, el motivo es  que la reurbanización incorpora ideas de aquel proyecto americano.
Hay que regresar al hotel pues la cena de despedida es en un lugar que nos recomendaron, dónde dicen que sirven el más fresco pescado y marisco de la ciudad, curioso su nombre "Panama Jack".



No nos engañaron, tomamos una deliciosa parrillada de pescado y marisco pues era nuestra última noche en la ciudad.
Aprovechamos la mañana siguiente que nuestro avión salia por la tarde para caminar las calles de Ciudad del Cabo. Realmente nos habríamos quedado dos días más, una para ir a hacer la excursión dónde puedes nadar con tiburones y otra más para deleitarnos de las calles de Cape Town.

Pero aprovechamos muy bien la mañana.
Gracias a la céntrica situación del hotel , llegamos caminando a la zona peatonal, llena de tiendas, galerias de arte, modernos supermercados y puestos de artesanía, pasamos junto a ST. Georges Cathetral para pasear en el jardín The Company´s Garden, lleno de ardillas e incluso vimos a una que era albina, no sé si es frecuente que haya este tipo de ardillas, pero lo cierto es que nos salió al paso.




También entramos en una iglesia metodista que estaba frente al famoso mercadillo de Green market Square y una vez más tuve un encuentro con una persona que resultó ser muy emotivo.
Se trataba de una anciana que estaba al cargo del cuidado de la iglesia y que nos invitó a entrar y hacer todas las fotos que quisieramos. Nos preguntó de dónde veníamos, que habíamos visto, si nos gustaba...en fin, lo típico, pero entonces se puso a contarnos que tenía 92 años, su piel era perfecta no tenía ni una arruga, tampoco tenía dientes, nos dijo que se quedó viuda muy joven con cinco hijos por criar. No quiero imaginar como ha debido ser la vida de esta mujer, teniendo en cuenta el color de su piel y que el apartheid solo hace 19 años que desapareció. Pero la bondad y la ternura que desprendía nos hizo emocionarnos. Al despedirnos de ella nos dijo " Que Dios os bendiga, allí dónde vayáis".
Sin palabras. Lo curioso es que en viajes anteriores siempre he tenido contactos de este estilo, recuerdo dos muy emotivos que tuvieron lugar uno en la basilica de Guadalupe y otra en la catedral de Zacatecas. 
Pues con la emoción de lo vivido, el cansancio de todo lo que hemos recorrido y la pena por la marcha, dejamos este país.
Ciudad del Cabo se merece un segunda visita, lo dejo apuntado en mi agenda de viajes repetibles.

Así acabo mi relato, ojala que os haya entretenido y me harías muy feliz si al acabar me dejas tu comentario. Gracias por leerme.
@Pepa RJ

martes, 7 de mayo de 2013

Sudáfrica, mezcla sin divisones ( 2ªParte)

Hoy amanecimos con una preciosa vista sobre el lago Hulala, con una bruma de vapor que salía del lago. Después de un delicioso desayuno, totalmente casero, ( es lo que tienen estos hoteles boutique, que con 20 habitaciones la dedicación al cliente es muy familiar).
Nos invitaron a hacer un pequeño crucero por el lago, era una barca plana con unas 12 sillas repartidas para hacer el contrapeso. Lo que no contaba era con nosotros, ansiosos por hacer fotos desde todas las perspectivas hubo un momento que todo el peso lo llevamos a la proa, así que se hundió y empezó a entrar agua. Yo estuve rápida en ponerme de rodillas sobre la silla y no me mojé pero los que estaban más cerca de la proa se empaparon los pies. El capitan de la barquilla se partía de la risa, y nosotros más.






Las vistas sobre el lago eran absolutamente maravillosas.Habian grandes casas con su embarcadero propio, realmente se veía un lugar muy lujoso




Hoy el día se presentaba intenso, pues teníamos que des-andar lo andado hasta llegar aquí  pasando por Pretoría y tomar el avión que nos llevaría a Ciudad del Cabo.
En el camino de regreso pasamos por la ciudad de Nelspruit, capital de la región,  una de las ciudades dónde también se jugaron algunos de los partidos del Mundial de Fútbol 2010. Aquí el estadio tenía una forma muy particular, ya que los arbotantes simulan ser Jirafas. Así nos explicó la guía que cada estadio se había hecho con una forma de la naturaleza. Este era de Jirafas, en otra ciudad tenía forma de boca de tiburón, el de Johanesburgo era la calabaza....Me pareció una original idea.
Esta zona es muy verde, se ven cultivos de plataneras y cañas de azúcar  me recordaba a la isla de La Palma.
Estos cultivos los trajeron los británicos pero los Zulú no querían trabajar en ello por ese motivo, los británicos trajeron a gente de sus otras colonias ( India, Malasia...), así que aquí existe una gran comunidad de estos países que han llegado a influenciar en la gastronomía sudafricana, ya que la cocina es muy condimentada. También hay grandes extensiones de pasto con ganado vacuno. Otra historia que nos cuenta Kuli ( la guía) es que en estas zonas rurales  las vacas son señal de riqueza y cuando un hombre quiere a una mujer, paga a la familia por ella ofreciendo un número determinado de cabezas, aún hoy en día se hace.
Llegamos a Pretoria.
Era la víspera del 27 de abril, fecha que es fiesta nacional, se celebra el 19 aniversario de la igualdad.
Pretoria es la ciudad administrativa del país, aquí están las embajadas, es una ciudad muy bonita, con construcciones bajas, llena de jacarandas y abundantes jardines. Me fijo en que algunas matrículas de coches en vez de números tienen inscripciones con frases como "Why not?" . Al parecer, cuando te compras un coche, si pagas un suplemento de 2000 rands aprox. ( unos 200 €), puedes poner la frase que te apetece en vez de la matricula normal. Muy americano esto !

Parece una ciudad mucho más limpia que Johanesburgo y la influencia holandesa destaca en sus habitantes a quienes llaman Afrikaners. Desde el Union State Building, lugar histórico se divisa toda la ciudad. De aquí  nos vamos a The Churchill Square, dónde está la estatua de Paul Kruger. Una plaza llena de gente, de coches.... un bullicio tremendo en hora punta. Me llamó la atención ver a una muchacha joven, vestida de vaqueros pero que cargaba al bebé de forma muy étnica.
Y escenas callejeras muy curiosas, como un barbero en medio de la acera, o una vendedora de pollos, pero pollos limpios perfectamente embalados.
Como faltaba mucho para la salida del avión le pedimos a la guía que nos llevara a un comercio dónde vendieran los famosos diamantes sudafricanos. Ciertamente el comprarlos allí no era nada caro.
Aunque la mayoría no llevábamos presupuesto pero una del grupo que estaba muy ilusionada en llevárselo así lo hizo. Realmente el precio merecía la pena. En España le costaría el doble y además allí tenía la seguridad de que era un auténtico diamante sudafricano.Le pusimos nombre, a partir de entonces el anillo pasó a llamarse "Anastasia"
Y de camino al aeropuerto de Johanesburgo vimos el más bello atardecer que puede haber en una ciudad. Estoy casi segura que no hay ciudad en el mundo con esta puesta de sol. Una vez más el cielo de África nos deja sin palabras.
Este sol rojo no lo olvidaré en mi vida.
Vamos por fin camino del avión que nos llevará a Ciudad del Cabo. En el trayecto nos vamos enseñando unos a otros las pequeñas compras de artesanía y productos locales que hemos hecho. Ahora llega uno de los momentos más cómicos que nos hizo reír hasta límites peligrosos, menos mal que en el bus llevamos baño. La historia es la siguiente: Uno de los componentes del grupo nos quiso enseñar las compras que había hecho para su novia, un collar (nos dijo...) y lo sacó de la bolsa. Cuando de repente una de nosotras se da cuenta que no era un collar, si no una cadena para poner en las gafas..., preciosa, eso desde luego!! , pero no era un collar. Las risas y los chistes de como podría utilizarlo....  Esto fue mucho!! ,  durante los días que quedaban dio mucho juego el famoso collar.
En cuanto a los precios de las cosas no son baratas, tienen un precio muy similar a España, realmente Sudáfrica no es un lugar de venir a comprar gangas, excepto los diamantes, siempre que te lleven al lugar correcto, como a nosotros que era una mayorista libre de impuestos. Días más tarde pudimos comparar en tiendas que había en Ciudad del Cabo y realmente el precio por el que lo compró nuestra amiga fue muy ventajoso. Si algún lector tienen intención de ir a comprar diamantes, le recomiendo Cambanos Diamonds.


A Cape Town, (Ciudad del Cabo) fuimos con la compañía aérea South African Airways, de la que no puedo hablar bien. El personal de tierra deja mucho que desear pero las azafatas son las personas más antipáticas y mal agestadas que he visto en mi vida, y tengo un poco de experiencia en cuanto a esto. 
Pero el disgusto nos lo dimos cuando empezaron a sacar nuestro equipaje por la cinta y casi todos estaban forzados o tenían algún deterioro, incluso a un compañero se lo habían abierto y robado cosas del interior. El mio tan solo tenía una enorme mancha de haber caído sobre algo acuoso, con olor a alcohol aunque cuando se secó no le quedó cerco de que fuera vino. Como nos habían regalado botellas de vino y alguno aún la llevaba en la maleta, creímos que esa era la procedencia de la mancha en mi maleta, pero por suerte a nadie se le rompió. Dedujimos que en el aeropuerto de Johanesburgo nos tenían super fichados como grupo y los maleteros del exterior avisaron a los del interior, ningún otro pasajero del vuelo tuvo problemas con su equipaje. Tuvimos los lógicos inconvenientes de hacer denuncias con mucha dificultad ya que a las horas que llegábamos el personal en el aeropuerto era casi de "guardia", así que los afectados más graves tuvieron que volver al día siguiente. Dejaremos esta desagradable anécdota que no fue solventada diligentemente por el personal correspondiente, así que si piensas viajar a Johanesburgo, procura no hacerlo con maletas de cremallera o precintalas ya que es muy seguro que te roben en el mismo aeropuerto. 
Ciudad del Cabo
Llegada a nuestro hotel, muy bien situado y preciosas vistas a Table Mountain.
Amanece en Cape Town

Vista desde la hab.903 del Radisson Park Inn
Ciudad del Cabo yace en la punta meridional de África, en una pequeña península que se adentra en el oceáno Atlántico, al pie del monte Table. Enriquecida por influencias holandesas, británicas y malayas, el ambiente cosmopolita es una fusión única de culturas. El Lions´Head es un montículo que separa los barrios atlánticos del centro de la ciudad y en la cordillera el viejo cañón Noon Gun se dispara cada día a las 12:00.
Lions´Head visto desde Table Mountain
El centro urbano es muy compacto, se puede recorrer facilmente a pie, pero eso lo dejamos para el último día.
Ahora hacemos una visita guiada por la ciudad viendo de lejos el "Iziko Castle of Good Hope" ( Castillo de buena Esperanza Ciudad del Cabo). Es la estructura colonial más antigua de Sudáfrica. Antiguo fortín en forma de estrella que hoy alberga el museo de la Fuerza Nacional de Defensa.

Nuestra ruta nos lleva hasta el colorido barrio malayo, las calles del Bo-Kaap.
Los primeros malayos fueron traídos hasta El Cabo por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. La mayoría eran musulmanes de Sri lanka, las islas indonesias y La India. Muchos de ellos eran esclavos, mientras que otros eran exiliados políticos. Tras la abolición de la esclavitud en el siglo XIX, la población musulmana del Cabo se asentaron en la ladera de Signal Hill, denominada Bo-Kaap ( significa sobre la Ciudad del Cabo) para estar cerca de las mezquitas que se habían construido aquí. 
Los Malayos ejercieron una notable influencia tanto en la lengua afrikaans como en las costumbres culinarias. Hoy en día son una comunidad muy respetada e importante.

Nos vamos a las afueras, a visitar la zona de los Viñedos.


Estamos en la zona de Stellenbosch. La región con montañas majestuosas y fértiles laderas cubiertas de árboles frutales y viñas. En los valles las casas solariegas de los afrikáners abundan a un lado y otro del camino. 
Es una de las ciudades más veteranas de la zona, fundada en el siglo XVII y enclave de la famosa universidad que lleva el mismo nombre. Pero aquí lo principal fueron los frutos de sus fértiles valles que supieron trabajar los colonos libres, holandeses a quienes se les concedieron tierras, herramientas y bueyes para que construyeran sus granjas. 
El templado clima mediterráneo de El Cabo ha permitido la supervivencia de las antiguas tradiciones viticultoras, asegurando una amplia gama de excelentes vinos tintos y blancos que elevan a Sudáfrica a la octava potencia mundial en producción de vinos. Visitamos una de las propiedades, nos invitaron a una cata y nos dieron un sabroso almuerzo con vistas al valle repleto de vides.




Al marcharnos de los viñedos, recorremos las calles de Stellenbosch, cuya avenida principal la presiden viejos robles. Las casas de estilo afrikáner, georgiano, con techos de paja la mayoría, otras de hierro, (parece que estas son las influencias británicas). Abundan las iglesias calvinistas y alguna sinagoga.
De regreso a la ciudad recorremos la autopista junto a la que dicen ser la mayor fabela del mundo, miles de casas hechas de chapas amontonadas una tras otra, realmente impresiona. 
También pasamos junto al hospital dónde se hizo el primer trasplante de corazón , llamado como el médico que lo llevó a cabo, el famoso "Cristian Barnard".

La Montaña que preside la bella Ciudad del Cabo se llama "Table Mountain". Se puede llegar hasta la parte más alta tomando un teleferico, el precio son unos 25 rands el viaje de ida y vuelta(3 €). Aunque para tener las preciosas vistas no hace falta llegar tan alto pues desde la base del mismo, la panorámica es fascinante. 

La tarde está soleada y la temperatura es muy buena, pero en cuestión de segundos entra una nube que nos llena de humedad y de frío. Es hora de acabar la visita.
Por la mañana, recorriendo el centro urbano observamos que la llamada "Long Street" es una preciosa calle que conserva los edificios victorianos con balcones de hierro forjado pero todo son bares y restaurantes, parece que el ambiente nocturno esta aquí y es sábado por la noche. Nos recomienda el Mama África, un local con mucha tradición, actuaciones en directo y comida puramente africana. Allí vamos.
Nada más entrar, la música que sonaba nos hacia llevar los pies, la orquesta  "Marimba Vibraciones" con una cantante que me hacía recordar a Randy Crawford, incluso versionó una de sus canciones, "Fallen"
El menú fue variado y distinto. Tomamos entrantes de Cocodrilo, Antílope, Impala....con salsas de sabores intensos, una de ellas llevaba una especie de majado de cacahuetes. Realmente estaba muy bueno, el cocodrilo me impresionó pues su textura y color era como comer carne de pollo. Luego yo quise probar el Avestruz y estaba delicioso !!!. Todo esto ambientado con la música que nos llegaba desde el escenario.Así que una vez terminada la cena nos fuimos todos a bailar, casi era ritmos de carnaval así que no me costó  .
Fue una preciosa noche, lo pasamos muy bien y la música era extraordinaria. Cuando regresamos al hotel, casi las dos de la mañana, el ambiente en Long Street era impresionante, al taxi le costaba avanzar por la cantidad de tráfico que había. 

Hasta aquí la 2ª parte, El Cabo de Buena Esperanza y lo que vimos hasta llegar se merece un capítulo aparte.....seguirá en la tercera entrada.......

*Si te gusta lo que has leido me gustaría que dejaras algún comentario, gracias *
@Pepa RJ