jueves, 28 de marzo de 2013

Tunez, puertas abiertas.

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Es el país más pequeño de África del norte, últimamente tan nombrado por la llamada “primavera árabe” ya que fue allí donde comenzó el movimiento. Aunque en un primer momento afecto a la afluencia del turismo, hoy en día vuelve a estar en calma y a ser un buen destino por la relación calidad/precio.

La Historia de Túnez es apasionante. ¿Os acordáis cuando estudiábamos en historia lo de las “guerras púnicas”, pues la cosa fue por allí.

Por sus costas se adentraron muchas civilizaciones y todas dejaron su huella, quizá eso hace de sus gentes personas muy abiertas.
He estado en dos ocasiones allí, aunque tengo pendiente conocer la parte del país que linda con las “puertas del Sahara”, dónde hay lugares con mucho encanto  como los oasis de Tozeur o Nefta.

La capital, Túnez, que recibe el mismo nombre que el país, es una villa donde se conjuga armoniosamente el pasado con el presente y lo moderno con lo antiguo. Se encuentra situada al fondo del golfo del mismo nombre, Lago de Túnez, y cuenta con una población de más de un millón de habitantes. Es la capital diplomática, política, cultural, comercial y administrativa del país. 

Fundada hace más de 2.000 años a.C. por navegantes cretenses, fue destruida, al igual que Cartago, en el 146 a.C., sin embargo el comercio romano y bizantino la hizo florecer de nuevo y en 1160 alcanzó la capitalidad del país bajo el gobierno del almohade Abdel Mumen Ibn Ali.











Como en la mayoría de las principales poblaciones, los lugares de interés se concentran en La Medina, palabra con la que se define a una ciudad árabe. Sin embargo, la ciudad moderna de Túnez, que tiene su eje en la Avenida Bourguiba, se concentran los principales edificios y la mayoría de las boutiques, restaurantes, cafeterías, comercios, embajadas, bancos y hoteles.


La Puerta de Francia ( Bab Bhar )

Es una de las antiguas puertas de la muralla de La Medina. Al cruzarla se accede a la ciudad árabe, se deja el presente y se abren las intrincadas y estrechas calles para descubrir toda la riqueza de La Medina de Túnez, una de las mejor conservadas del país. 







Más adelante aparece con todo su esplendor la Gran Mezquita (Ziyuona), conocida también como la Mezquita de la Aceituna).
Construida en el año 732 por los omeyas, casi con el nacimiento de la ciudad, fue reconstruida enteramente por los alghlabíes en el 864. Los Omeyas también ocuparon nuestra Córdoba. 

Mezquita de Hammuda Pachá




Volviendo a la Gran Mezquita y a unos metros de ella, se encuentra la Mezquita y el Mausoleo de Hammuda Pachá, de 1655. Su esbelto minarete octogonal y su decoración con influencia italiana, acoge en el patio central los restos de este santo muy venerado. 
Resultan llamativos las tejas verdes barnizadas de su techado y su puerta de mármol policromado. 
Los Zocos:
Caminando por las calles de La Medina, se irán descubriendo multitud de zocos. 

Se diferencian porque cada uno de ellos pertenece a un ramo de artesanos y paseando por las distintas callejuelas los olores de los materiales irán descubriéndonos a que variedad de artesanía nos estamos acercando. 

Cuando nos oyen hablar en español, nos nombran al Real Madrid o a la Pantoja, cualquier cosa es buena para atrapar nuestra atención y que les compremos.

Me acerqué hasta un grupo de jóvenes que fumaban la famosa "shisha" y les pedí hacerme una foto con ellos, no daban crédito !!!....estas europeas !!! (pensarían), momento risa.

En cuanto a su gastronomía, las comidas tunecinas se destacan por el resabio de sus especias, la marcada presencia de verduras (cebolla, tomate, zanahoria, calabaza, etc.), las pastas y las carnes de cordero y pescado. Claro que las combinaciones son de lo más amplias y sobresalen por la intensidad de sus aromas y sabores diversos.
A mi me recordó mucho a la cocina que se hace en Murcia, seguro que por la influencia que dejaron allí los árabes.
Sus tés son deliciosos, especialmente el de piñones, acompañado de uno de los dulces característicos : es el baklava
Se trata de un pastel de pasta filo que puede componerse de nueces trituradas, pistachos, semillas de sésamo y otras variedades de granos, al tiempo que cuenta con una cobertura de almíbar o miel. Si bien existen muchas versiones a la hora de su preparación, en toda la región coinciden al servirlo acompañado de té o café.








Museo del Bardo:
Situado a 4 kilómetros de la capital, es famoso por albergar la mayor colección de azulejos romanos. Se conoce que algunos ejemplares datan del siglo III d.C.

Una visita muy imprescindible para los interesados en el arte, como yo.



Las playas de Túnez  destacan por su limpieza, su arena blanca y la temperatura de sus aguas es cálida.




En sus alrededores se encuentran decenas de alojamientos de todas las categorías, casi todos con instalaciones de talasoterapia.


La talasoterapia surge en función de las propiedades del agua marina, utilizadas en algunos casos con fines medicinales y, en otros, meramente para tratamientos de belleza, sobre todo para la piel. Si bien esta clase de turismo ha explotado en un pasado reciente, la relación entre Túnez y el mismo data incluso de la época del Imperio romano. Un buen ejemplo es el de las Termas de Antonino (o Termas de Cartago), ubicadas en el Sitio Arqueológico de Cartago, el cual se localiza en el noreste de la república y fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

Las ruinas de la antigua ciudad de Cartago están muy deterioradas debido al paso del tiempo  y los miles de turistas llegan cada año con el afán de conocer lo que queda de la gran ciudad cartaginense.





La playas de Hammamet son las más conocidas de Túnez y estan a tan solo una hora de la capital.

La Medina de Hammamet es encantadora, con sus típicas callejuelas estrechas y los coloridos de sus rejas y ventanas. 

 




















Otro de los lugares encantadores es el pequeño pueblo de Sousse....


.....y Port El Kantaoui.


Pero Túnez es mucho más que su preciosa costa.

Su interior está repleto de monumentos impresionantes, huella de las civilizaciones que en ella se aposentaron.



El coliseo romano de El Djem:

Este antiguo anfiteatro romano se encuentra ubicado en el centro de la ciudad de El Djem, la cual, a su vez, si sitúa al sur de la capital.
Durante la ocupación romana, este recinto fue utilizado para la competición de gladiadores y para la realización de luchas a muerte entre personas, leones y otros animales salvajes. Ahora lo más salvaje que queda en su recinto es este gatito.
El coliseo de El Djem destaca principalmente por su gran tamaño. Según nos contó el guía, allí podían reunirse hasta 40 mil personas.
En segundo lugar, destaca por su antigüedad, ya que fue construido hace más de 1700 años.

La ciudad sagrada de Kairouan:


Fue fundada por los conquistadores árabes en el siglo VII y cuya importancia para el pueblo islámico es similar a la conferida a la Meca y a Jerusalén. 





















Esto se debe a la antigüedad de sus calles y pasajes más tradicionales, así como por la gran cantidad de mezquitas que se conservan en sus alrededores.
Se conoce que la Gran Mezquita, cuya estructura data de la fundación de Kairouan, es considerada una de las reliquias religiosas más significativas.

Es importante señalar que esta ciudad fue declarada como patrimonio de la humanidad por la UNESCO hace dos décadas.

Por cierto aquí la artesanía de alfombras tejidas a mano por mujeres es la principal actividad económica. Nos llevaron a uno de los talleres y disfrutamos con la explicación del vendedor, a quién bautizamos como "El Boris de Tunez". Era fantástica su forma de hablar y de dar énfasis a su narración de como confeccionaban las mismas.

Sidi Bou Said :

Es uno de los pueblos más pintorescos y encantadores de todo Túnez.





















Tiene Sidi Bou Said multitud de rincones muy tranquilos entre sus casas encaladas con tejados y ventanas de color azul intenso Esos colores que dan identidad a Túnez.



En cualquier callejuela rellena de perfumes de jazmín
Las rejas, el azul y el blanco se adornan y perfuman con este embriagador olor a jazmín que rellena el alma de estas gentes.




El Café des Nattes sobre unas escaleras, donde se reúne la gente a conversar y aquí podrás encontrar a quien estés buscando, siendo una buena pista para quedar con alguien.




Es este un rincón para artistas y para todo aquel que esté dispuesto a dejarse embriagar por la magia de la luz, del paisaje, de las gentes tranquilas y ducharse el alma a diario con la brisa del nuestro mar mediterráneo.

Espero no tardar tanto en publicar la próxima, gracias a los que habéis parado un momento para leerme.

*Próximo proyecto "Salzillo y Viernes Santo en Murcia"

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